TÉCNICAS DE SIEMBRA DE LA PRADERA DE FLORES
La siembra de nuestra pradera de flores se suele hacer como la siembra de césped, mediante la realización de las siguientes labores:
1.- Eliminación del césped y/o malas hierbas.
2.- Preparación del terreno mediante cava y rastrillados.
3.- Siembra de la mezcla de semillas a la dosis recomendada por cada fabricante. Normalmente esta dosis es de 1 gr/m2. , sin embargo hay casas que recomiendan dosis mucho mayores ( 3 gr/m2 en anuales y 2 gr/m2 en vivaces) que consiguen una mayor densidad sobre el terreno y, por tanto, una mejor eliminación de la competencia por malas hierbas.
4.- Cubrición de la mezcla. Hay desarrolladores de semillas que desaconsejan cubrir la simiente porque en sus mezclas incluyen especies como la Centaurea cyanus que germinan mejor en presencia de luz. En cualquier caso es necesario que la semilla tenga un buen contacto con el suelo para germinar bien.
5.- Rulado o pisado del terreno
6.- Riegos necesarios para mantener la humedad sobre el terreno.
7. Eliminación manual de las malas hierbas que puedan aparecer durante la germinación de nuestra mezcla.
Este método convencional tiene el inconveniente de que la preparación del terreno también favorece la germinación de las especies presentes en el banco de semillas del suelo y, por tanto, la presencia más o menos agresiva de hierbas indeseadas en nuestra pradera de flores.
Para eliminar este inconveniente podemos utilizar dos métodos alternativos:
- Siembra sobre cama de arena o de arena con turba. Para ello hay que aportar una capa de 5 cm. a 7 cm. de arena de sílice o de mezcla ( 30% turba + 70 % arena de sílice) para sembrar sobre ella. Es bastante efectivo, pero es el método más caro y debemos tener el riego asegurado debido a la naturaleza drenante del sustrato.
- Siembra sin laboreo. Consiste en la eliminación de las malas hierbas presentes mediante escarda química o mecánica ( solarización o cubrición del terreno), seguido de un escarificado, aporte de la simiente, cubrición de la misma y riegos. Funciona bien en climas húmedos, aunque no es el más adecuado para mezclas que incluyan especies que, como las amapolas ( Papaver sp.), nacen mejor en terrenos cultivados. Precisa de más tiempo que los métodos anteriores.
LAS PRADERAS DE FLORES ORNAMENTALES NECESITAN UN MANTENIMIENTO MÍNIMO
A diferencia del césped, no hace falta segar regularmente ni abonar la pradera de flores anuales , por lo que su mantenimiento es mínimo y se reduce a dar los riegos necesarios.
Una vez crecida nuestra pradera de flores sólo tendremos que mantener una adecuada humedad en el terreno, ya que las plantas necesitan más cantidad de agua durante la floración. Por tanto, si nos encontramos en una zona donde escasea la lluvia en verano, tendremos que dar los riegos necesarios.
La cantidad y duración de estos riegos dependerán de las condiciones climáticas, del tipo de terreno y de la situación de la pradera, pero en cualquier caso, tendremos que tener preparada instalación adecuada de riego. Normalmente, se utiliza el riego por aspersión con aspersores elevados o con manguera para poder regar por encima de la altura de nuestra pradera, ya que si no eleváramos el riego obtendríamos una mala distribución y , además, podríamos estropear parte de las flores.
Solo tendríamos que segar o desbrozar cuando pase la floración.
En el caso de las praderas ornamentales permanentes, además del riego tendríamos que realizar algunas labores adicionales el primer año: siega a finales de primavera y escarda de malas hierbas.
Más información
Mezclas de semillas:
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