EL PICUDO ROJO VUELVE A LOS TITULARES
Parece que las peores previsiones sobre los efectos de la plaga de Picudo Rojo en Asturias y en otras zonas de la cornisa Cantábrica se están cumpliendo. Estos últimos días han vuelto a aparecer noticias en los periódicos regionales sobre la plaga del Picudo Rojo, pero esta vez muy alarmantes. Titulares como : “ Alertan que el picudo rojo ya ataca a las palmeras de El Reconquista: «Podría extenderse a todo Oviedo»” o “ El parque de Las Palmeras se queda sin los árboles que le dan nombre por una plaga” dan cuenta de que el picudo ha seguido avanzando silenciosamente y sin control hasta llegar a invadir grandes zonas del Principado.
Nuestras palmeras están siendo diezmadas y van a desaparecer si no se pone algún remedio. Ahora sí es fácil que podamos llegar a decir ¡ADIÓS PALMERAS!.
Para explicar por qué está ocurriendo esto tenemos que hacer un poco de historia:
AÑO 15: PRIMEROS AVISOS
En mis entradas anteriores del año 15: “ El Picudo Rojo amenaza las palmeras del Norte de España” y del año 18: “ El control del PICUDO ROJO en Asturias y la Lucha Integrada” advertía sobre la peligrosidad de esta plaga, las medidas que se estaban tomando en aquella época – inicios del año 18 – desde las instituciones públicas con responsabilidad en la sanidad vegetal (Gobierno del Principado de Asturias y ayuntamientos) y la forma de controlarla mediante la Lucha Integrada.
AÑO 18 : ENTUSIASMO CONTRA EL PICUDO
Inicialmente, el Gobierno del Principado de Asturias en su resolución del 8 de febrero del 2018 declaró al picudo rojo ( Rhynchophorus ferrugineus ) como plaga presente en el Principado de Asturias ( según la consideración de la Unión Europea) y dictó las medidas necesarias.
A esta resolución siguió un gran “entusiasmo” institucional por parte de ayuntamientos y consejerías. Así pues, se dictaron bandos, se creó un registro de palmeras, apareció información sobre el Picudo Rojo en las páginas webs de los ayuntamientos y se emitió un boletín informativo sobre la plaga. De esta forma se dieron los pasos iniciales necesarios para la monitorización y control de la plaga – igual que se ha hecho y se sigue haciendo con la plaga de la avispa asiática (Vespa velutina) , por ejemplo – .
AÑO 19: SE ABANDONA LA LUCHA
Pero, la Unión Europea dejó de considerar al Picudo Rojo como plaga regulada y/o sujeta a cuarentena en su revisión de la normativa comunitaria del año 19. Es decir las administraciones ya no tenían la obligación de prevenir y luchar contra el Picudo Rojo. De esta forma, la UE abrió una puerta que las autoridades asturianas aprovecharon rápidamente abandonando las actuaciones anteriores. Esta decisión quizás se tomó por el coste económico que entonces suponía y, también, por considerar a la palmera canaria una especie exótica sin más valor que el ornamental y sin tener en cuenta su valor paisajístico, histórico y social.
Pese a lo anterior, la administración del Principado podría haber aprovechado para luchar contra el picudo el real decreto 739/21 que autorizaba a las comunidades autónomas a solicitar al Ministerio de Agricultura la aplicación de medidas preventivas y de otros tipos para aquella plaga que ocasionase un grave impacto económico, social o medioambiental aunque no estuviese en la normativa comunitaria.
Pero esto no se solicitó, quizás confiando en que el clima cantábrico limitase el alcance de los daños por el Picudo Rojo.
AÑO 22: EL PICUDO ESTA DESCONTROLADO Y SUS DAÑOS AUMENTAN
Tres años más tarde la plaga está extendidísima y empieza a mostrar su cara más fea, pues las palmeras están muriendo a puñados, sobre todo en el concejo de Gijón que es donde más abundan.
Según estimaciones de los técnicos de la empresa Terapia Verde , especializada en la lucha contra el Picudo Rojo, en la zona comprendida entre la Campa Torres y el río Piles hay unas 600 palmeras canarias y sólo en Somió unas 1500. La cifra total de palmeras de todas las especies podría llegar a ser de 4300 en el concejo de Gijón según datos municipales. Es decir que al igual que el de Elche es el mayor palmeral de Europa, el de Gijón es el mayor palmeral de Asturias y probablemente de toda la Cornisa Cantábrica. Esta concentración de palmeras por supuesto facilita mucho el desarrollo de la plaga.
Nadie hace tres años se esperaba una expansión tan rápida , ni unos ataques tan virulentos, pero, sin duda, estos últimos veranos extremadamente largos, cálidos y secos han favorecido la explosión del picudo.
LA OPINIÓN PÚBLICA REACCIONA
Por ahora no parece que las administraciones públicas quieran volver a la lucha contra el picudo para evitar la desaparición de la Phoenix canariensis en Asturias. Afortunadamente la opinión pública sí se ha puesto en marcha y comunicadores como la periodista Ana Rubiera en La Nueva España, la reportera Raquel A. Amor de la TPA o el geógrafo urbanista gijonés Rafael Suárez-Muñíz en El Comercio han denunciado la situación.
Esperemos que sus voces no sean las únicas y que tanto particulares como administraciones se unan en el combate contra una plaga que pone en riesgo de extinción a una parte de nuestro patrimonio paisajístico, histórico y social como es la palmera canaria. Porque, sin duda , aún estamos a tiempo de salvarla.
Fernando Hortelano Vázquez de Prada
Miembro de la Asociación Española de Arboricultura
Asesor en Gestión Integrada de Plagas