EL CUIDADO DE LAS HERBÁCEAS SILVESTRES EN EL JARDÍN ATLÁNTICO

¿TENEMOS QUE MANTENER LAS HERBÁCEAS SILVESTRES?

Hemos visto en nuestra entrada anterior la variedad de herbáceas silvestres que se dan en el norte de España y lo interesante que es su utilización en el jardín atlántico de estilo naturalista. En esta entrada veremos qué tenemos que hacer para que vuelvan año tras año a lucir en nuestras plantaciones.

La aguileña y la angélica son dos plantas herbáceas silvestres que se naturalizan fácilmente.

Lo esencial para conseguir que nuestras plantas salvajes se naturalicen en el jardín y mantengan o incrementen su interés ornamental es conocer sus requerimientos ecológicos y , sobre todo, su ciclo vital, o dicho de otra manera: además de conocer dónde medran, tenemos que saber cuando brotan, cuando florecen , cuando dan semilla y mueren ( anuales y bianuales) o entran en dormancia ( vivaces).

Podríamos pensar que, dado que nuestras plantas están tan bien adaptadas, deberíamos dejarlas a su aire y no intervenir en el jardín. Sin embargo, esto daría como resultado unas plantaciones demasiado caóticas, ya que nuestras formaciones vegetales son «fotos fijas» de una naturaleza en evolución ( aunque tenga variaciones estacionales o anuales). Así por ejemplo, si no controlamos mínimamente el desarrollo de un prado florido, este se convertirá en pocos años en una masa de maleza indeseable compuesta por arbustos y trepadoras espinosas, paso previo al crecimiento del bosque atlántico.

SÍ, PERO DAREMOS CUIDADOS MÍNIMOS Y DE FORMA MÁS SOSTENIBLE

En conclusión, necesitamos dar un mínimo de labores de mantenimiento para mantener nuestras plantaciones en la manera deseada y, para garantizar el éxito de esas labores, deberemos conocer los detalles del ciclo vital de nuestras herbáceas silvestres y adaptarnos a ese ciclo en tiempo y forma.

También hay que señalar que , a diferencia de los trabajos de mantenimiento de la jardinería clásica, que se realizan con frecuencias casi fijas, el momento de dar nuestras labores va a depender mucho más de los condicionantes meteorológicos y del desarrollo de las plantas durante la temporada.

Además el mantenimiento es más ecológico y sostenible ya que no se utilizan productos fitosanitarios ni abonos químicos.

Por último, en estas plantaciones o formaciones vegetales complejas deberíamos tener en cuenta las relaciones entre las especies que componen la matriz y los estratos de plantación , sin embargo estos temas los trataré en otra entrada.

LAS HERBÁCEAS SILVESTRES DAN POCO TRABAJO

Las labores de mantenimiento típicas de las partes naturalistas de nuestro jardín son las siegas del prado florido , el control de las plantas invasoras , la división de plantas , la limpieza de partes secas o muertas, los aportes de compost, y , puntualmente, la lucha contra plagas.

Los trabajos de mantenimiento no se diferencian básicamente de los cuidados que se dan a las herbáceas o vivaces en general, pero ya que las herbáceas salvajes están mucho mejor adaptadas que las plantas alóctonas tendremos menos problemas de plagas o enfermedades y más de dispersión de plantas.

No damos podas – al no ser plantas leñosas- y prácticamente no se dan abonados o tratamientos químicos.

CORTAR EL PRADO FLORIDO

Hileras de hierba seca tras la siega de verano del prado florido

La siega o desbroce del prado florido se efectúa un mínimo de dos veces al año – lleva mucho menos tiempo de trabajo y gasto de gasolina que un césped clásico – con la vista puesta en la floración y fructificación de las especies de herbáceas silvestres más interesantes. En nuestro caso, esperamos a que termine la fructificación de los pollitos (Rhinanthus minor) a inicios de verano para dar la primera siega. Procuramos dar la segunda justo cuando comienza la floración de los azafranes de otoño , que, a su vez , depende del inicio de las lluvias otoñales. Damos la última de la temporada a finales de diciembre o principios de enero, esta no conviene retrasarla más porque podríamos dañar los brotes nacientes de las orquídeas terrestres y de las bulbosas más tempranas (azafranes de invierno, narcisos, etc..)

CONTROLAR LAS PLANTAS INVASORAS

El control de plantas con gran capacidad de invasión, consiste en reducir o limitar la dispersión de plantas en el jardín, tanto deseadas como indeseadas. Tenemos que tener en mente dos ideas:

1ª Cualquier planta , cultivada o no, se convierte en mala hierba en cuanto aparece en un un sitio no deseado.

2ª El potencial invasor de una planta depende tanto de su forma de crecimiento y de dispersión (semillas, estolones, raíces, etc…) como de su adaptación a las condiciones ambientales. Por esto las herbáceas silvestres al estar tan bien adaptadas tienden a dispersarse e invadir otras zonas.

Este control se efectúa según convenga tanto en el prado florido como en el resto de zonas naturalizadas.

La principal planta invasora de nuestro jardín y también la más difícil de erradicar es la corregüela (Convulvulus arvensis). Esta es una planta vivaz trepadora con raíces profundas, capaz de tapar al resto de plantas con su crecimiento vigoroso. Lo recomendable es arrancarla siempre que la veamos, aunque es más peligrosa en zonas de sombra o mediasombra ,como las masas de arbustos o sotobosques, que en zonas soleadas como el prado.

Otras plantas que tendremos que controlar son las propias especies de la plantación, sobre todo aquellas herbáceas silvestres con hábito rastrero a base de un gran desarrollo de tallos, rizomas o estolones. Por tanto, de vez en cuando, es necesario aclarar o eliminar parte de las plantas tapizantes perennifolias en zonas de sotobosque como la hiedra ( Hedera helix) o la hierba doncella (Vinca major) ya que si no lo hacemos pueden tapar a las plantas de menor porte e interferir en su crecimiento. En las zonas húmedas conviene aislar al lirio amarillo ( Limniris pseudacorus) ya que sus rizomas se extienden vigorosamente y sus semillas germinan con facilidad, por lo que es muy capaz de aplastar la competencia de plantas más pequeñas.

La hierba doncella ( Vinca major) es una tapizante autóctona muy vigorosa que conviene controlar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los aclarados (1) se pueden realizar en cualquier momento, pero conviene hacerlos antes o después de las floraciones para no interferir en ellas. Una buena época es a finales de otoño o comienzos del invierno, cuando el número de plantas en flor es mínimo.

Aquellas plantas con gran facilidad para dispersarse por semilla como la ángelica ( Angelica sylvestris) o el hinojo ( Foeniculum vulgare) pueden controlarse fácilmente mediante descabezados (2) antes de la maduración de los frutos.

Frutos de la angélica.
Frutos de salicaria
Espigas con frutos maduros de la salicaria ( Lythrum salicaria
Umbelas de hinojo
Flores y umbelas de hinojo. 

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